Escuela Powernet
13/02/2025
El desarrollo normativo en materia de seguridad y resiliencia operativa ha generado la implementación de dos marcos regulatorios clave en la Unión Europea: la Directiva NIS2 y el Reglamento DORA. Ambas regulaciones establecen requisitos que impactan directamente en la gestión, operatividad y seguridad de los centros de datos, considerados infraestructuras críticas en el ecosistema digital. Su aplicación requiere la adopción de estrategias de gestión del riesgo, controles de seguridad y una capacidad de respuesta inmediata ante incidentes. Este artículo analiza en profundidad el impacto de estas normativas y las acciones necesarias para garantizar su cumplimiento.
La Directiva NIS2 (Directiva (UE) 2022/2555) es una actualización de la NIS original, y su propósito es mejorar la seguridad de las redes y sistemas de información en sectores esenciales como la energía, el transporte, la banca, los mercados financieros, la sanidad, el suministro y distribución de agua potable, la infraestructura digital y los servicios de gestión de residuos. Esta normativa refuerza la cooperación entre los Estados miembros y establece estándares uniformes para garantizar la resiliencia de infraestructuras críticas frente a amenazas cibernéticas y fallos operativos. En el contexto de los centros de datos, esto significa la adopción de medidas más estrictas para la protección de infraestructuras críticas y la garantía de continuidad operativa ante posibles incidentes de seguridad. Además, introduce nuevas exigencias en materia de gobernanza, supervisión y sanciones, con el objetivo de mejorar la capacidad de respuesta y prevención de incidentes de seguridad.
Las entidades sujetas a NIS2 deben desarrollar estrategias de gestión del riesgo basadas en un enfoque de seguridad en capas. Se exige la segmentación de redes para minimizar la propagación de ataques, el cifrado de datos tanto en tránsito como en reposo, y la autenticación multifactor para el acceso a sistemas críticos. Además, las organizaciones deben realizar análisis de riesgos periódicos y disponer de mecanismos de supervisión continua para detectar y responder a posibles amenazas en tiempo real.
NIS2 establece plazos estrictos para la notificación de incidentes de seguridad significativos. Las organizaciones deben notificar a la autoridad competente dentro de las primeras 24 horas tras la detección del incidente, proporcionando una evaluación preliminar del impacto. En un máximo de 72 horas, se debe presentar un informe completo con medidas de mitigación adoptadas y, en caso necesario, una estrategia de recuperación. Se obliga a establecer planes de contingencia con protocolos detallados para evitar la propagación del incidente y minimizar su impacto en los sistemas afectados.
Para garantizar el cumplimiento de la normativa, NIS2 amplía las facultades de las autoridades nacionales, permitiendo la ejecución de auditorías programadas e inspecciones in situ. Las sanciones por incumplimiento pueden alcanzar hasta el 2% del volumen de negocio anual global de la entidad infractora, lo que refuerza la necesidad de contar con medidas de seguridad efectivas. Asimismo, los proveedores de infraestructuras digitales deben demostrar su capacidad de resiliencia operativa mediante certificaciones y pruebas de seguridad obligatorias.
Los centros de datos, debido a su papel en la infraestructura digital, deben implementar protocolos de segregación lógica y física de activos críticos, redundancia de sistemas y un enfoque Zero Trust para la gestión de accesos. NIS2 también exige mecanismos de monitorización de tráfico para detectar actividad anómala y reportar intentos de acceso no autorizado. Además, los operadores de centros de datos deberán implementar procesos de prueba de recuperación y simulacros periódicos para evaluar su capacidad de respuesta ante eventos adversos.
El Reglamento DORA (Reglamento (UE) 2022/2554) establece un conjunto de medidas obligatorias para la gestión de riesgos tecnológicos en el sector financiero. Afecta a bancos, aseguradoras, empresas de inversión, infraestructuras de mercado financiero y proveedores de servicios tecnológicos esenciales, como los centros de datos y plataformas cloud que trabajan con estas entidades. Su objetivo es garantizar que los actores del sector financiero puedan resistir, responder y recuperarse de interrupciones operativas, minimizando el impacto de los incidentes en la estabilidad del sistema financiero europeo. Su implementación se centra en la reducción de riesgos tecnológicos, asegurando que las infraestructuras críticas mantengan su operatividad ante ciberataques o fallos sistémicos.
DORA exige que los proveedores de infraestructura digital y TIC del sector financiero implementen controles rigurosos de seguridad, alineados con metodologías de gestión de riesgos como ISO 27001 y el marco NIST Cybersecurity Framework. Se requiere el uso de sistemas de detección de intrusos (IDS/IPS), redes segmentadas y protocolos de acceso basados en privilegios mínimos. La normativa también enfatiza la implementación de mecanismos de continuidad operativa en caso de compromisos graves de seguridad.
Una de las principales exigencias de DORA es la realización de pruebas periódicas de resiliencia operativa. El reglamento establece la obligación de realizar pruebas de penetración (pentesting) y simulaciones de ataques en un ciclo mínimo anual. Las entidades deben ejecutar evaluaciones de escenarios adversos, verificando la resistencia de sus sistemas ante amenazas persistentes avanzadas (APT). Asimismo, se exige la incorporación de sistemas de respuesta automática para contener ataques en tiempo real y la ejecución de auditorías continuas de los mecanismos de protección de datos.
Las organizaciones sujetas a DORA deben seguir un proceso estructurado para la notificación de incidentes de seguridad. En la fase inicial, la entidad debe informar a la autoridad reguladora dentro de las 4 horas siguientes a la detección del incidente. En una segunda fase, se deben proporcionar detalles técnicos en un plazo máximo de 8 horas, incluyendo datos sobre el tipo de ataque y su impacto. Finalmente, en 14 días, se debe presentar un informe exhaustivo con las medidas correctivas implementadas para evitar futuras recurrencias del problema.
Uno de los aspectos clave de DORA es la regulación del uso de proveedores de servicios TIC por parte de las entidades financieras. Se exige la firma de contratos de nivel de servicio (SLA) que detallen explícitamente los requisitos de seguridad y resiliencia esperados. Además, los proveedores deberán someterse a auditorías periódicas y cumplir con normativas como SOC 2 Tipo II para garantizar la seguridad de la infraestructura. Los centros de datos que operan en este sector deberán mantener registros detallados de sus actividades y estar preparados para inspecciones regulatorias sorpresa.
Para cumplir con NIS2 y DORA, los centros de datos deben implementar estrategias de seguridad. La adopción de modelos de seguridad Zero Trust, junto con el uso de plataformas SIEM (Security Information and Event Management) y SOCs con capacidad de respuesta en tiempo real, es fundamental. Las auditorías internas y la capacitación constante del personal en gestión de incidentes son igualmente esenciales. La correcta aplicación de estas normativas no solo asegura el cumplimiento legal, sino que también fortalece la resiliencia operativa de las infraestructuras críticas ante amenazas avanzadas.
Además, los planes de continuidad del negocio (BCP) y recuperación ante desastres (DRP) deben actualizarse y alinearse con los requerimientos normativos. La capacitación del personal en mejores prácticas de seguridad y la realización de auditorías periódicas también forman parte de las estrategias recomendadas para mantener la seguridad operativa en niveles óptimos.
Las normativas NIS2 y DORA establecen marcos regulatorios específicos que impactan directamente en la seguridad y resiliencia operativa de los centros de datos. En este contexto, desde Powernet ofrecemos soluciones integrales de Data Center para ayudar a las empresas a cumplir con estos nuevos requisitos, como auditorías, monitorización de infraestructuras y optimización de sistemas.