Tendencias
23/04/2024
En los últimos años, la penetración y popularidad del Internet de las Cosas está siendo imparable en las organizaciones.
Según datos de la GSMA, las organizaciones cuentan actualmente con 10.700 millones de conexiones IoT, un impulso que dista mucho de parar, pues la asociación global de operadores móviles espera que éstas alcancen los 38.500 millones en 2030.
Con cada vez más redes 5G SA disponibles y la evolución del soporte para redes privadas y dedicadas, los dispositivos interconectados continúan aumentando en los entornos empresariales. Sin embargo, ¿qué tecnologías predominan actualmente en el mercado? ¿Cuáles son las nuevas tendencias con respecto a los nuevos estándares de conectividad?
Hoy reflexionamos sobre los nuevos estándares IoT y su integración en las redes privadas. ¡Sigue leyendo!
3GPP (3rd Generation Partnership Project) es el organismo encargado del desarrollo de tecnologías inalámbricas y de su estandarización.
Dentro del ecosistema IoT, es relevante el desarrollo por parte de esta organización de las soluciones conocidas como LPWAN (Low Power Wide Area Networks, o redes de baja potencia y largo alcance), que cuentan con tecnologías estandarizadas como NB-IoT o LTE-M.
Las redes LPWAN (Low Power Wide Area Networks) permiten transmitir información a grandes distancias y son consideradas como una alternativa a las conexiones actuales ofrecidas por las redes móviles.
Emplean tanto banda de espectro no licenciada (LoRa o Sigfox) como bandas bajo licencia 2/3/4/5G (NB-IoT o LTE-M).
De entre sus características, destacan:
Estas características las convierten en un protocolo idóneo para la implementación del IoT en múltiples aplicaciones, tales como entornos de manufactura o logística, pero también para los dispositivos inteligentes en smart cities o para ofrecer cobertura IoT en zonas aisladas donde no llegan las redes de telefonía.
Después de que LoRaWAN comenzara a implementarse en el mercado rápidamente, 3GPP desarrolló NB-IoT (Narrowband for the Internet of Things) basado en sus propios estándares.
Algunas de sus características son su elevada cobertura, su bajo coste y su bajo consumo de energía, así como sus conexiones masivas.
Hoy en día es una de las LPWAN que más se han extendido, contando con un amplio apoyo en el sector.
También administrado dentro del espectro licenciado, el estándar LTE-M cuenta con bajas velocidades de datos, largo alcance y una amplia cobertura, bastante superior al LTE. Está diseñado para aplicaciones IoT de bajo coste y tienen un bajo consumo de energía, lo que permite una duración de la batería de hasta varios años.
La diferencia principal entre LTE-M y NB-IoT es el ancho de banda de frecuencia: el de NB-IoT es bastante más bajo, así como la tasa de rendimiento de datos.
Se trata de la red GSM optimizada para IoT, pero no está causando tanta expectación como como LTE-M o NB-IoT.
Esta tecnología es adecuada en aplicaciones IoT que requieran de grandes volúmenes de datos, así como tiempos rápidos de respuesta.
El hecho de ofrecer velocidades de carga y descarga de datos mucho más rápidas que las anteriores redes mencionadas se aplica en situaciones que requieren de un gran ancho de banda, como es el caso, por ejemplo, de los sistemas de vigilancia en tiempo real.
Como hemos podido apreciar, no existe una tecnología de conectividad IoT que esté indicada para todas las aplicaciones de uso. Cada una de ellas cuenta con beneficios que pueden ser clave en determinados sectores y aplicaciones.
De ahí que sea fundamental estudiar cada caso para implementar los estándares tecnológicos más adecuados. En Powernet, nuestro equipo puede ayudarte a desarrollar un entorno IoT eficiente, que tenga en cuenta las particularidades del negocio y la rentabilidad de la inversión.